Sobre mí
Soy Marina, psicóloga forense y general sanitaria, actualmente formándome en psicoterapia humanista experiencial y en Terapia Focalizada en la Emoción (TFE). Pueden sonar términos densos, así que describo un poco en qué consiste cada parte.
La psicología forense es un área donde se busca la certeza y la objetividad, donde prima lo racional y lo medible: redacción de informes, contacto con el sistema judicial, coordinación con abogados, pruebas psicométricas que llevan a un diagnóstico, respuestas dicotómicas de sí o no, la información por encima de la emoción.
La psicología clínica es un área donde las preguntas tienen un espacio más amplio para explorarse y las respuestas de sí o no suelen desaparecer. Convivimos en un eterno "depende", porque cada persona trae consigo su contexto, su cultura, sus creencias, sus juicios, sus aprendizajes y dolores pasados, los temores del futuro. Por ello, en consulta no se buscan certezas, sino construir un vínculo y una comprensión profunda, ofrecer una mirada compasiva y un acompañamiento libre de juicio, crear un espacio para reflexionar y observar nuestras contradicciones sin prisa, con el objetivo de facilitar el cambio personal.
De las cuatro grandes corrientes de la psicología —psicoanálisis, cognitivo-conductual, sistémica y humanista— escogí el camino del humanismo y la TFE por una dificultad que observo en todos nosotros, yo incluida: la de escucharnos a nivel emocional sin miedo, sin querer que lo que sentimos desaparezca, sin juzgarnos. Nuestras experiencias y emociones conviven en el cuerpo y necesitan espacio para expresarse. De hecho, este modelo parte de la convicción de que es precisamente desde ahí —desde ese permitirnos estar presentes con lo que nos habita, aunque sea incómodo— donde surge el cambio real. Así que, cariño, el objetivo no es eliminar el síntoma (aunque suele ser la consecuencia natural del trabajo terapéutico), sino dejarte sentir.
Cuestionando.me nace de ahí: del impulso de explorar lo personal y lo colectivo, lo científico y lo incómodo. Será un espacio para poner datos sobre la mesa, pero también para abrir preguntas que quizá no tengan una respuesta única, para estar en contacto presente con la complejidad del ser humano y tratar de alcanzar una comprensión más profunda. Un lugar donde pensar en voz alta y, si te resuena, pensar juntas.